Cruz de Caravaca: historia y significado

La cruz de Caravaca es una imagen de la cruz típica de la localidad de Caravaca de la Cruz, en la región de Murcia. La imagen de esta cruz se usa mucho en joyería para hacer principalmente colgantes o anillos. Es uno de los símbolos más queridos por los compradores de joyas religiosas y constituye uno de los regalos más demandados.

Además, la Cruz de Caravaca ha sido objeto de representaciones por parte de plateros. orfebres, ebanistas y pintores en sus obras.

Es una cruz de doble brazo y por tanto de origen oriental procedente de Jerusalén, pero reconocida por la Iglesia Católica y Romana. La cruz es un relicario que alberga en su interior un "lignum crucis", es decir un trozo de madera de la cruz donde fue crucificado Jesucristo.

Desde el siglo XIV, la cruz fue reconocida por la Iglesia Católica como "Vera Cruz" (cruz verdadera), otorgando bulas e indulgencias a los fieles que iban a adorarla. Este título otorga a la reliquia el mismo reconocimiento que el leño de Jerusalén hallado por Santa Elena.

Un poco de historia

Según la tradición, la Cruz de Caravaca perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad tras la primera Cruzada (1099). En 1230, el emperador Federico II estuvo en la Ciudad Santa y el obispo de entonces portó la reliquia que acabaría dos años después en Caravaca.

A finales del siglo XIII y principios del XIV, la Orden del Temple, ya en sus últimos años de existencia, estableció en Caravaca una circunscripción durante 46 años con el Templo como epicentro del extenso territorio que gobernaban.

En 1344, Alfonso XI cede Caravaca a la Orden de Santiago en favor de un hijo suyo bastardo, Don Fadrique, maestre de Santiago, constituyéndose una encomienda que se convertiría en una de las más importantes de la Orden en Castilla y que vincularía a la Orden con esta localidad durante cinco siglos y medio.

Difusión de la Cruz de Caravaca

La trascendencia de la cruz alcanza al mundo entero. La atribución a la reliquia de diversos acontecimientos milagrosos extendió su fama por todo el orbe. Ya desde sus inicios templarios hubo devoción por la Cruz, pero fue desde la conquista de Granada cuando aquella se propagó. A ello contribuyó el dominio español en Europa y América, especialmente durante los reinados de los Reyes Católicos, Carlos V y Felipe II, lugares adonde frailes, misioneros, soldados o adelantados llevan esta devoción, su historia y reproducciones de la Cruz. Así, el área de expansión de reconocimiento de la Cruz creció muy rápido en el mundo cristiano.

Los Carmelitas (con Santa Teresa y San Juan de la Cruz a la cabeza), así como los Jerónimos, los Claretianos, los Franciscanos y los Jesuitas, fundaron conventos en Caravaca. Llegan a la localidad familias nobiliarias; se formalizan jubileos a los visitantes de la capilla donde se encontraba la reliquia hasta la construcción del Santuario; y la cantidad de fiestas en su honor aumentan.

Las bulas y las indulgencias concedidas por los Papas crean también un efecto llamada en este sentido, que hace que la fama de la Cruz y su Santuario ganen popularidad.

Significado y representación

Lo más característico de la Cruz de Caravaca son los dos brazos, sobre los que existen varias teorías.

Una de ellas afirma que el travesaño superior identifica el título que Poncio Pilato ordenó colocar en la cruz de Jesucristo. Otra argumenta que se trata de un "tau" (T), símbolo templario, con otra cruz griega superpuesta. Otra suposición más probable habla de una distinción jerárquica eclesiástica. Los obispos sostenían frente al pecho una cruz sencilla, los patriarcas y obispos de sedes importantes, una cruz de dos brazos (cruz patriarcal), y el Sumo Pontífice una de tres brazos, conocida como cruz papal.

Su significado es el de protección, aludiendo a sus orígenes por ser una cruz que protegía a los fieles y soldados en tierra de frontera con los musulmanes. Desde entonces, la cruz es llevada en los pechos de los devotos protegiéndolos y bendiciéndolos. También se encuentra en las casas, donde la cruz igualmente las protege y las bendice.

Regalar la Cruz de Caravaca

Por su origen, su historia y su difusión, las joyas de la Cruz de Caravaca es uno de los regalos más extendidos en todo el mundo católico.

Se considera que el primer regalo de una Cruz de Caravaca fue en el siglo XVI cuando, según documentación fehaciente, las monjas carmelitas le obsequiaron a Santa Teresa con la célebre cruz. Así empezó una tradición que continúa en nuestros días con la misma devoción.

La entrega de la Cruz de Caravaca a otra persona es símbolo de paz, amor y deseo de protección

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